La economía no es una ingeniería

Aquí abajo está el artículo que apareció el 19 de Octubre, 2010 en el diario de la IV región, “El Día”. Argumento en contra de la ‘tecnificación’ de la economía y busco rescatar su sentido ético y moral. Para los que prefieren leer el diario digital hagan click en:

http://papeldigital.eldia.la/index.php?option=com_flippingbook&book_id=879&Itemid=1

            En nuestro país somos muchos los que reconocemos la urgencia de los múltiples problemas sociales que nos aquejan. Para que este reconocimiento sea auténtico, es esencial admitir que la tremenda desigualdad, la excesiva concentración de la riqueza y la falta de oportunidades son antes que nada problemas éticos.

            La dimensión ética se hace patente cada vez que nos preguntamos qué tipo de país queremos; cuando debatimos el tipo de sociedad que soñamos y cuando nos indignamos ante las injusticias sociales. La importancia de esta deliberación ética reside en que coloca el debate social en su justa dimensión. Este no es, en su esencia, un tema de ingenieros, de economistas, de técnicos o de expertos. Este es un tema ético/moral.

            Por eso es tan importante resistir los avances del reduccionismo económico. Este reduccionismo, impulsado principalmente por ingenieros comerciales y ciertos economistas, consiste en querer hacernos creer que la economía es una ciencia y que por lo tanto los valores éticos no tienen cabida en los debates económicos. Asimismo, al equiparar la economía a una ciencia, se intenta marginar al no-experto del debate. Después de todo, si sólo un físico puede hablar con propiedad de la teoría cuántica entonces sólo un ingeniero puede hablar de temas económicos. Es por esto que algunos intentan hacer de la economía una “ingeniería”—como si la economía se rigiera por leyes físicas que sólo un ingeniero conoce y puede manipular. Cuando un ingeniero civil construye un puente es efectivamente guíado por los dictados de las leyes fisicas y por lo tanto hace ciencia. Pero cuando hablamos de temas ecónomicos, la sociedad no está guíada por la existencia de leyes físicas. Como sociedad, nuestras únicas limitaciones están dadas por nuestras voluntades.

            Por eso, si la economía fuese realmente una ciencia, entonces, al igual que en la construccion de un puente, habrían leyes objetivas que obedecer y a las que no habría que oponerse para ser exitosos. Pero, afortunadamente para nosotros, la economía no funciona así. Los sistemas económicos son construcciones humanas, inventos nuestros y como tales son moldeables. A lo largo de la historia humana han habido múltiples sistemas económicos y no hay razón alguna para creer que el actual sistema es el definitivo o el más idóneo para satisfacer nuestras intuiciones éticas. Por eso, a diferencia de las leyes físicas a las que se tiene adaptar el ingeniero civil, los sistemas económicos son los que tienen que adaptarse a nuestros deseos y no al revés.

            Por esto, enfrentados con las grandes injusticias sociales que hay en nuestro país, tenemos que tener claro que el cambio económico es posible. Sólo hace falta imaginación; pero sobretodo voluntad. No permitan que ningún técnico les diga lo contrario.

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